La enseñanza segregada, ¿tiene sentido hoy?
Francisco Alonso Crespo
El Ayuntamiento de Tres Cantos aprobó en su último pleno, por la mayoría del partido en el poder, la subvención pública para los colegios que imponen la enseñanza segregada. Pero ¿tiene sentido en la actualidad este tipo de enseñanza? Veamos.
Algunos, muy pocos; pero muy influyentes, proponen la enseñanza segregada: chicos en unos colegios y chicas en otros. Aducen argumentos de índole psicológica y pedagógica. Básicamente sostienen que unas y otros son diferentes, con un desarrollo diferente, y por consiguiente aprovechan mejor en centros diferentes. Consiguen incluso que la derecha de este país conceda subvenciones públicas para sus centros.
Más en la base hay otras razones: Ambientes religiosos ultramontanos, a imitación, dicen, de otros países modernos, consideran que deben acentuar y cultivar las diferencias entre sexos para combatir la llamada ideología de género. Cargos del sistema educativo que presumen de católicos amparan esta alternativa. Opino que con estos amigos la iglesia católica no necesita enemigos. Ingenuamente considero que la así llamada ideología de género lo que pretende es que a la mujer se le respeten los derechos humanos; pero por lo visto la cosa es de un gran calado antirreligioso y antimoral.
Se busca también el grupo homogéneo en el aula homogénea, el sueño de todo profesor hasta que descubre que eso es una entelequia. García Hoz, padre (no García Hoz, hijo, profesor entonces en mi facultad de psicología, a quien los grises apalearon por “rojo” -cosa que yo no presencié pues estudiaba en el nocturno); García Hoz, padre, un pedagogo del Opus, hace ya medio siglo que en un manual que yo usaba entonces por sus “pruebas pedagógicas” sostenía que la homogeneidad no es tal; sino que la heterogeneidad y las diferencias intelectuales y de capacidad de aprendizaje aumentan exponencialmente a medida que los alumnos avanzan en los cursos. Es decir, no sólo hay diferencias; sino que la variabilidad de los grupos aumenta con la edad y los cursos. Dado el sexo, las diferencias “intragrupo” aumentan de modo que terminan siendo más relevantes que las presuntas diferencias “intergrupos”. De poco sirve que la media entre grupos sea significativamente diferente (si así sucede) cuando de todas formas la variabilidad, esto es las diferencias entre unos chicos y otros; entre unas chicas y otras, se dispara. Pero por lo visto ni la autoridad de este señor del Opus les conforma. Por otra parte, el profesor sabe que, dada la población del alumnado en un curso dado (el adecuado tratamiento de la minusvalías en el aula es otra cuestión), en la clase se ha de contar con la heterogeneidad y en consecuencia se han de flexibilizar los métodos.
¿Pero de verdad alguien cree que en ambientes segregados se aprende a convivir y a desarrollar de forma adaptada los roles del sexo y género respectivos? Incluso puede que inconscientemente hasta se eche más leña al fuego de la misoginia y la misoandria: el desprecio va fácilmente dirigido a los ausentes. Los prejuicios surgen del mutuo desconocimiento.
Pero hay más: desde la etnología, la psicología comparada y el sentido común, qué caray, se sabe que en los grupos y ambientes segregados, en los cuales faltan los interlocutores del otro sexo, en esos ambientes aislados y segregados tienden a aparecer pulsiones, roles y conductas propias del sexo opuesto. Los biólogos y conocedores de estas situaciones y condiciones en el mundo animal y en el específicamente humano ofrecerían una amplia muestra. Aparecen roles masculinos y femeninos; unos aparentes, otros latentes; unos de broma, otros en serio.
Este tipo de enseñanza existió en el pasado y en la actualidad se consideraba felizmente superado. Ahora pretende volver como si fuera una moda. Consiguen incluso que la derecha de este país conceda subvenciones públicas para sus centros. Pero por mucho que se empeñen sus promotores, es una alternativa que hoy carece de sentido. Ha contado con el apoyo de los concejales del partido popular; pero dudo que los vecinos de Tres Cantos, incluidos los votantes de este partido, estén de acuerdo con esta medida.
Fco. Alonso Crespo.
Enero de 2013
Tres Cantos.