ENTRE VIAJE Y VIAJE:
Recordar es volver
Dos:
“Amor es aquel.la cosa qui…” (Ramón Llull)
Monumento a Ramón Lluc en el centro de Palma |
-Mira esta otra foto. Corresponde al último viaje a Mallorca.
La estatua de Ramón Llull, de grandes proporciones, está en la parte más noble de la Ciudad de Palma, en el Paseo Sagrera, cerca del mar; pero no es fácil acercarse a ella. Lo impide la densa y veloz circulación de los coches. Estamos a primeros de Octubre de un día laborable y todo el vecindario de la isla se ha volcado en la ciudad.
Hace ahora treinta años fui profesor en la Normal de aquí y en cinco años de estancia en “Ciutat” no reparé en el breve texto del reverso del pedestal. Está dedicado al amor. Veo ahora que con fecha de 1982 me regalaron el “Llibre d´Amic e Amat” de este gran místico mallorquín, que todavía conservo; pero el ruido de las preocupaciones de entonces también impidió que lo leyera; al menos no recuerdo haberlo leído (y no sé qué es peor si no haberlo leído o no recordarlo).
"Roda es mon y torna al "Bosch" |
La expresión -“T´estim…”, con el fondo de ternura que posee en Mallorca, no tiene equivalencia en el castellano. -¿Te estimo en lo que vales? -¿Estimo tu sinceridad, aunque me has puesto de vuelta y media? -No, no; frío, frío. La expresión “te amo” tampoco es equivalente del todo. “Te quiero”… puede, pero si expresa ternura, delicada ternura, sin carga erótica. (Claro que “T´estim…moltísim…” también puede llevar carga erótica… ¿Por qué no?) La verdad es que si intento procesar en paralelo los verbos de amor en las dos lenguas, el castellano y el catalán de Mallorca, no logro que coincidan, me bailan y se me funden los plomos.
Cuando vivía en Mallorca, y ahora cuando vuelvo, pongo mucha atención para profundizar en el sentido de esta expresión siempre que llega a mis oídos. Creo que la clave la guarda, desde el siglo XIII, Ramon Llull en el Llibre d´Amic e Amat. Debería haber ido leyendo a diario cada uno de los 365 versitos (“tantos versitos como días tiene el año”). Ello, junto con una práctica adecuada, me hubiera convertido también a mí en un experto en vivencias amorosas. Como nunca es tarde, puede que ahora que tengo más tiempo lo intente en serio (Permite que recuerde aquello de “Cuando despertó el dinosaurio…”).
Texto en el pedestal |
-Tal como está la foto podemos reconocer directamente el texto, ¿o no?:
“Amor es aquel.la cosa qui los francs met en servitut
e a los serfs dona llibertat” (Libre de amic e amat, 295)
Cuando yo vivía en Mallorca los mallorquines no solían gritar (no sé ahora con las estridencias de la TV, el aumento tremendo de la circulación, sonidos de claxon incluidos, y el caos generalizado). De todas formas “-T´estim…” sólo se podía oír en voz baja, en un ambiente de intimidad. Al principio yo no conocía bien la expresión. La verdad es que tampoco conocía otras: En una ocasión al ir a saludar a alguien que se llamaba Benet (Benedicto) le dije -¿Cómo estás, “Beneit”?... Y no es que beneit signifique bendito o tonto a secas, no. Significa tonto de remate. (-¡Tierra, trágame! –exclamé al ver la expresión de las compañeras profesoras que me lo habían presentado).
Puerto de pescadores en Ciutat |
Nos gratifica atisbar nuevos significados cuando leemos o escuchamos las lenguas que conocemos sólo a medias y con muchas lagunas. Profundizamos más en los sentimientos, nos recreamos en ellos: “-¿Què et plau, Amat, que ets ulls dels meus ulls, i pensament dels meus pensaments, i amor dels meus amors…i encara començament dels meus començaments”
(Qué tiernos afectos expresa, nos preguntamos, e indagamos y atisbamos). (Siete siglos más tarde y traduciendo a Goethe, J. Maragall exclamará: “Saps el país dels tarongers en flor?... Volguessis mon aimat, anar-hi amb mi”…-¿Conoces el país de los naranjos en flor? ¿Querrías, amado mío, ir allí conmigo?-Lloret y sus hermosos alrededores no andaba lejos).
Naranjo en el claustro de San Françesc |
La paradoja o antítesis con la que Ramón Llull define el amor es hermosa y tierna. Entonces existían las personas libres (francs) y los esclavos. El estar enamorado, a los primeros les convierte en esclavos (de su amor); a los segundos les da alas, les libera de su mísera condición (nadie, ni sus amos, puede controlar el amor del siervo amoroso, de la sierva amorosa).
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En Pollensa, en la escalinata del Calvario |
Ramón Llull añadía en el Libre d´Amic e Amat, en aquel siglo de místicos sufíes y trovadores enamorados: “Y surge la cuestión de saber de qué está más cerca el amor: de la libertad o de la esclavitud”. Y sigue en el versito siguiente: “Llamaba el Amado a su Amigo, y él le respondía diciendo: ¿Qué deseas, Amado, tú que eres los ojos de mis ojos, y el pensamiento de mis pensamientos, y la plenitud de mi plenitud, el amor de mis amores, y, más aún, el aliento de mi vida?”…
Ramón Llull (1232-1314) vivió 82 años. Tuvo mujer e hijos. Amó. A sus treinta y tantos años, tras una visión divina, se dedicó a convertir al sursum corda infiel. Para ello abandonó mujer e hijos dejando en el aire, una vez más, la pregunta de qué pinta realmente el padre en la vida familiar. Fue viajero y peregrinó a Roma, Turquía y ultramar. Filósofo, místico y poeta. Si nos preguntan a nosotros qué es el amor, poco podemos contestar; pero él, no uno sino 365 “versitos”, que contenían otros tantos enunciados, le pudo dedicar. Uno para cada día del año. Como siglos más tarde diría Cervantes (en El Amante Liberal), “lo que se sabe sentir, se sabe decir”. Con 365, “tants versets com dies hi ha l´any”, Ramón Llull eleva y enriquece, también hoy, la pobreza y estrechez de nuestros sentimientos y afectos.
Fco. Alonso Crespo
Tres Cantos
Continuará: 3 “Llegué al puerto a quien los de Cartago dieron nombre…” (Miguel de Cervantes)
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